Hoy salió publicado en España gracias a Periódico Irreverentes
Todo parecido con la realidad es pura coincidencia. Omito muchas cosas cuando digo la verdad
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lunes, 14 de agosto de 2017
El Jagüel
Hoy salió publicado en España gracias a Periódico Irreverentes
jueves, 22 de junio de 2017
Publicación ALTER EGO - MÉXICO
En un Diario digital de México ALTER EGO (que sale en papel también ) le hicieron un espacio a uno de los cuentos de #VOZENOFF.
Te invito a que lo leas.http://revistaalterego.com/rehen-cuento/
Te invito a que lo leas.http://revistaalterego.com/rehen-cuento/
lunes, 19 de junio de 2017
martes, 13 de junio de 2017
lunes, 12 de junio de 2017
sábado, 10 de junio de 2017
Publicación Revista MÉGARA
“Creamos fuego, forjamos magia y son posibles unas tostada, un regio asado, hacer señales en busca de auxilio, reunir a los amigos, nutrir a la familia, criar hijos, construir ladrillos, iluminar los senderos, defendernos de los peligros.
El fuego vive para algo o para alguien que le dé sentido aunque no seamos conscientes siempre de su inicio. [...]” (pág. 33 de Voz en off, de Corina Vanda Materazzi, Editorial Peces de Ciudad).
El fuego vive para algo o para alguien que le dé sentido aunque no seamos conscientes siempre de su inicio. [...]” (pág. 33 de Voz en off, de Corina Vanda Materazzi, Editorial Peces de Ciudad).
El fuego es el que consigue mantener encendida la llama del piloto, y no solo la del calefón.
Pienso en los libros que llegan a la casa de nuestros corresponsales ad honorem, en Barcelona; Incómodos, una antología que se las trae y El alfabeto de los pájaros. A veces los libros llegan a una ciudad, y de allí, se embarcan para cruzar el océano. Tratamos de que nada nos detenga, a veces solo es cuestión de esperar.
Pienso también en otros libros, los que asaltan la biblioteca acá, porque siempre hay alguien con la misma pasión, que nos invita a ver y escuchar otras voces. Las voces en off que a veces suenan tan bien.
Entonces me detengo un momento, en el ejemplar de una editorial con nombre de canción, que yo pongo a sonar en la voz de Ana Belén y después en la más cascada de Joaquín Sabina.
“Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país
donde los sabios se retiran
del agravio de buscar
labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad
Que mordieron el anzuelo,
que bucean a ras del suelo,
que no merecen nadar.”
Pienso en los libros que llegan a la casa de nuestros corresponsales ad honorem, en Barcelona; Incómodos, una antología que se las trae y El alfabeto de los pájaros. A veces los libros llegan a una ciudad, y de allí, se embarcan para cruzar el océano. Tratamos de que nada nos detenga, a veces solo es cuestión de esperar.
Pienso también en otros libros, los que asaltan la biblioteca acá, porque siempre hay alguien con la misma pasión, que nos invita a ver y escuchar otras voces. Las voces en off que a veces suenan tan bien.
Entonces me detengo un momento, en el ejemplar de una editorial con nombre de canción, que yo pongo a sonar en la voz de Ana Belén y después en la más cascada de Joaquín Sabina.
“Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país
donde los sabios se retiran
del agravio de buscar
labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad
Que mordieron el anzuelo,
que bucean a ras del suelo,
que no merecen nadar.”
Una edición cuidada, con un diseño precioso, tarjeta postal incluída, y pienso. Quizás se trate de no huir más, de rendirse a la pasión, a las ganas, de dejarse contagiar por la confianza de los que construyen, ladrillo sobre ladrillo, puentes.
Y hacer lo que una hace, escribir sobre lo que inspira, sobre lo que nace. Se viene reseña.
"Voz en off", de Corina Vanda Materazzi, de una editorial con nombre poético, Peces de Ciudad.
Próximamente...
No se olviden de pasar por Mégara.
Ya saben, este es el facebook de la ciudad, pero Mégara está, dice, habla, canta, pinta, nos lleva y nos trae, en su sitio, donde tiene que estar.
www.megara.com.ar
Y hacer lo que una hace, escribir sobre lo que inspira, sobre lo que nace. Se viene reseña.
"Voz en off", de Corina Vanda Materazzi, de una editorial con nombre poético, Peces de Ciudad.
Próximamente...
No se olviden de pasar por Mégara.
Ya saben, este es el facebook de la ciudad, pero Mégara está, dice, habla, canta, pinta, nos lleva y nos trae, en su sitio, donde tiene que estar.
www.megara.com.ar
martes, 6 de junio de 2017
lunes, 5 de junio de 2017
viernes, 2 de junio de 2017
jueves, 1 de junio de 2017
viernes, 26 de mayo de 2017
domingo, 21 de mayo de 2017
Contrafrente
“Me fui
de casa porque Marta es una conchuda”. Eso le dije al Gerente del Banco donde
trabajo. “Sí, conchuda”, le reiteré a Pancho, que insistió con ayudarme en la
mudanza en el departamento de dos ambientes a contra frente que alquilé el mes
pasado. Es controladora le confesé, de mis horarios, de mi celular, del homebanking, de mis ruidos cuando
mastico, cuando trago, cuando voy al baño, de la cantidad de sal que le agrego
a la comida, del tiempo que demoro entre el laburo y la casa. En síntesis Marta me rompió las pelotas toda
la vida, pero antes me las arrastró, me las apretó y las infló hasta que me
explotaron.
Antes de esa tarde en que me fui, el
rompedero de bolas parece ser que no traspasó esa línea que divide lo tolerable
de lo intolerable. Ahora que lo pienso debo haber tenido un umbral de paciencia
bastante amplio. Ahora no.
Esa tarde llegué del trabajo
totalmente empapado, había piquetes en la cuidad muchos más de los habituales y
mientras decidí bajarme del bondi y empezar a trotar para llegar a casa lo
antes posible porque era martes y los martes Marta va al gimnasio, ese de
mierda lleno de otras conchudas tan o más conchudas que ella. A veces pienso
que se contagian, se retroalimentan como un especie de círculo vicioso o gueto,
parece que se coagulan y se hacen más fuertes,
más indomables.
Yo trotaba casi que corría ese
martes, porque ese martes llovía y cuando eso pasaba yo llegaba del trabajo y
tenía que llevarla a Marta, porque Marta no maneja, pero maneja todo, menos el auto, pero no hacía
falta que lo hiciera porque yo tenía que manejar por ella, como tantas otras
cosas que no viene al caso que ahora las enumere. Decía que venía a los trotes
con el traje, la camisa y los zapatos y me martillaba en la cabeza los gestos que
imaginaba tendría Marta por mi retraso. La suponía ya con las calzas puestas,
esas ridículamente violetas y la musculosa insolentemente blanca con las tetas
tan arriba que casi le llegan al cuello, como una deformidad, como una especie
raro de camello invertido del subdesarrollo. Estaba seguro que estaba, con eso
y con esa cara de ojete tan parecida a la que la tenía su madre. Mi suegra es un capítulo
aparte, debí años atrás darme cuenta, porque nadie escapa a los genes, a la
herencia del carácter, a ese legado que recorre las venas y se instala en los
modos, sobre todo en los de mirar despectivamente, como si el otro al que miran
(yo en este caso) tuviera bosta en las suelas de los zapatos o una insignia en
la frente que denunciara que es una inmundicia. Con el diario del lunes todos
somos sabios y uno llega a ese linaje cuando todo está perdido y esa sabiduría
ya no le sirve para nada. En definitiva
yo fui tan pelotudo como lo fue mi viejo: un cero a la izquierda.
Al principio cuando nos fuimos a
vivir juntos, no sé no era así, o al menos no tan así, después un día, no
recuerdo cual, fue como despertar de un coma y encontrarme en un laberinto con
un monstruo que venía a ser Marta. El primer tiempo, cuando tenía esos
arranques conchudos, pensaba que le estaba por venir, había escuchado ciertos
comentarios de que las mujeres en ciertos días, los premenstruales, se ponen
“especialmente rompe huevos”. Marta para esa época llevaba unos cuantos días de
abusivo rompedero de pelotas y empecé a sospechar. Anotaba al llegar a la
oficina, en el almanaque triangular que me
había regalado un cliente para fin de año, con un círculo rojo los días que
indicaban el ciclo. Para cuando llegué a los veinte días consecutivos entendí que
ese síntoma persistente no sólo era crónico y perpetuo, sino que Marta era así.
Con los años dicen que nos vamos pareciendo más a nosotros mismos, con lo cual
es evidente, que en su caso, la mejoría no era una posibilidad factible. Lo
peor de todo es que la conchudez no es una enfermedad como otras, que dada la
gravedad, hace que, tiempo más, tiempo menos, esa dolencia acabe por llevarse a
quien la transporta, o a quien la padece, en este caso: yo.
Desde la mañana comienza la
pesadilla, cuidar todos los detalles para no provocar a Marta. El tema del baño
es el más complejo: no dejar pelos en ningún lugar, algo difícil desde que a
Marta se lo ocurrió en remodelar el baño: piso, azulejos, techo, inodoro bidet
y vanitory todo blanco, blanco nieve (ni
siquiera un blanco tiza o un blanco sucio) porque Marta adora la limpieza.
Con los años fui reduciendo las
zonas de conflicto, dejé de desayunar en casa, un lugar menos en donde puedo
dejar algo fuera de lugar .Un grano del café soluble que caiga sobre el piso de
la cocina (que también es blanco) puede aumentar
y alimentar esa voracidad irrefrenable de puteadas e insultos que van creciendo
en escalada y su voz se transforma discordante, áspera ,temible. Los
repasadores son todos blancos de manera que una gota de saliva puede ser un
atentado terrorista imposible de ocultar. Marta tiene un zoom en el orden de la
casa. Los libros de la biblioteca, por ejemplo, tienen una disposición de acuerdo
al tamaño y el color. Incluso las cosas que están a resguardo de cualquier mirada,
en cajones o cajas, guardan un estricto orden
que bajo algún criterio Marta dispuso y que yo nunca entendí pero que tampoco nunca discutí. Mis medias y calzoncillos son todos
iguales. La misma marca, el mismo talle, el mismo color.
Alquilar una casa para irnos de
vacaciones es una tortura china: la variedad, las formas disímiles de los objetos,
adornos, azulejos, toallas sábanas y veladores que contienen las casas de gente
normal la desquicia. La primera mitad de las vacaciones consisten en alinear, equilibrar
y regularizar (según sus palabras) el contexto. Para cuando todo está listo yo
me quiero pegar literalmente un tiro en las bolas. Intenté llevarla al Caribe a
una de esas playas exóticas de agua templada, no por la serenidad que propician
esas imágenes de arenas blancas y desiertas ,sino por la posible existencia de
tiburones. Incluso algún verano pretendí seducirla con turismo aventura. Adentrarnos
en un riesgo en donde la muerte segura cobrara su vida o la mía era una
fantasía reiterada y potente. Cualquiera de estas posibilidades hubiese dado
por terminado el calvario.
Cualquiera a esta altura se preguntará por qué siempre imagino
un tiro en mis pelotas en cambio de dárselo a ella. La respuesta es simple:
porque todos los boludos somos cobardes, sino, no seríamos boludos y además…por
Lucho, nuestro hijo.
Parece increíble pero Marta y yo
tenemos un hijo. No es adoptado y tampoco fue por inseminación artificial. Alguna
de las dos opciones me hubiese aportado cierto grado de dignidad. Alguna vez
tuvimos sexo, a veces también lo tenemos ahora. No es algo de lo que obviamente
después de quince años con una misma mujer me enorgullezca, más bien me
avergüenza. A cualquier conocido que nos frecuente le dejo entrever que hace
años que no pasa nada. En general por lo que otros cuentan las mujeres con el
tiempo les empieza a doler la cabeza o los cambios hormonales hacen que la
libido se filtre por otros lados. No es
el caso de Marta. No es que Marta sea fea, todo lo contrario, pero cinco
minutos de convivencia con ella hace que sea imposible que se te pare la pija aún
con diez miligramos de Viagra encima. Yo me doy cuenta cuando Marta entra en
calor. Para empezar no me rompe tanto las pelotas (porque nunca deja de
romperlas en su totalidad) incluso hasta puede ser amable. Se hiperperfuma
desde la mañana y yo sé que a la noche la estampida es ineludible. Intento entonces,
a escondidas, ver algunas páginas por internet, en el trabajo, imagines que
luego intento retener y que servirán para hacer lo que debo hacer.
Nunca la engañe a Marta porque en
cada mujer puedo percibir un rasgo de ella y entonces se me vuelven como una especie de muerte
anunciada. Estoy condenado.
Pienso en Lucho y pienso en la secuencia:
mi padre-yo-Lucho. Junto con el apellido silenciosamente le trasmitiré la carga, ese peso absoluto que
nos hace a todos los Salvatierra unos
pelotudos. Quizás si Lucho fuese homosexual
podría torcer el destino y tener una mínima chance pero antes Marta le torcería
el miembro con lo primero que encuentre.
Esa tarde que llegue del laburo todo
empapado. Más que por la lluvia era por
el sudor frío que me recorría todo el cuerpo, como los animales que saben que
están en una emboscada en inferioridad de condiciones. Marta no estaba como me
imaginaba, porque sencillamente: no estaba.
La busqué por toda la casa pensando
que estaba agazapada y que quizás desde algún rincón esperaba el momento
oportuno en que yo me relajara para salir como una bestia a las puteadas. Cuando
agoté los lugares más obvios y previsibles y Marta no aparecía la búsqueda se
tornó desquiciada. Busque en el horno, en la heladera, la alacena incluso
dentro del lavarropas. Cuando ya no quedaba lugar y espacio mínimo posible, (y
por demás insólito e improbable) abrí su placard y allí me di cuenta.
En su orden obsesivo era fácil e
indudable advertir lo que faltaba y por tan mínima que resultara esa ausencia era
por demás determinante. Lo más notable no es saber qué era lo que faltaba y por
qué su falta era tan relevante. En definitiva
no es más que un detalle, parte de una intimidad que prefiero dejar a
resguardo. Lo más importante es que la muy conchuda no sólo no estaba, sino que me además
me había dejado.
Corina Vanda Materazzi
martes, 16 de mayo de 2017
domingo, 14 de mayo de 2017
RESEÑA EDITORIAL
http://www.pecesdeciudad.com.ar/islas-para-naufragar-narrativa/voz-en-off-corina-vanda-materazzi/
viernes, 12 de mayo de 2017
lunes, 8 de mayo de 2017
Podría
Podría
oír el golpe de la muerte,
ver gotas de
sangre cayéndose del mundo.
Podría decir
llueve
sobre un
recuerdo áspero,
podría decir:
hunden
como quien
dice: resiste.
Podría escribir
Golpe
Muerte
Llueve
Hunden
Resiste
Sin embargo…
Solo puedo
escuchar el golpe y la sangre…
Corina Vanda Materazzi
martes, 25 de abril de 2017
VOZ EN OFF
Me gustaría me acompañen el sábado 13 de mayo super puntual 18 hs. en Bar Espiche Humberto I 471 San Telmo.
La entrada es libre y gratuita.jueves, 23 de marzo de 2017
Olvido
El recuerdo no duerme
es pupila que ronda
una luz que castiga
precipicio que cede
espinas de fotos
suspiro de ortigas.
Adentro
dragones que escupen memoria,
afuera
que una mano me lleve
al lugar del olvido.
Estadía anciana
De espalda al futuro
el pasado es ceniza,
el almanaque me acecha
me tragan los días.
No estoy en el espejo,
resisto en este vestido.
Existo
a kilómetros de distancia
en alguna sonrisa.
Corina Vanda Materazzi
lunes, 20 de febrero de 2017
Cuando temblamos
Publicado por Planeta, el libro es un viaje al corazón de temor, una inmersión a la oscuridad de la naturaleza humana, una exploración, escrita con maestría, de lo que pueden llegar a hacer una serie de personajes al límite, lanzados a un viaje sin dirección, sin tiempo, sin salida.
lunes, 13 de febrero de 2017
La noche en una esquina
Apilar
pedazos de esa noche,
bordes que se clavan
aristas con raíces.
Volver
a la luz descascarada,
al silencio como un chicle,
a la sospecha en cuatro patas.
Abrir
la puerta a empujones.
Sentir
un vacío dentado
que se come las entrañas,
una grieta
que se forma en la lengua,
gusto a muerte
que entra por la boca.
Ver
la ternura de las flores
en el pelo,
la aspereza que se pega
en la soga contra el cuello.
Ganas
de huecos en los ojos,
de charco que se seca
de espuma contra el viento.
Tirar
esa noche en una esquina
a ese espacio donde van
las cosas que no sirven.
Ser
mariposa de madera,
oso de peluche
tren de plastilina,
agua en la heladera.
Corina Vanda Materazzi
Papeles en el suelo
Monólogo de un solo acto
La
historia transcurre en un banco de embriones crio- conservados, que serán
inseminados artificialmente en un futuro.
“Y
“se encuentra dentro de un frasco, con pañales, bufanda, polainas, gorro y guantes
de lana.
A
su lado hay cajas rotuladas por años con
papeles dentro. En una pared un almanaque.
Y
Uhh ¡ la puta madre que la parió a mi
hermana! Hace un frío de cagarse acá ¿Esta |gente no se enteró que la luz va a
aumentar un 150%? Digo yo, con tantos avances tecnológicos, no se les ocurre
otra posibilidad de conservar a un embrión? ¿A mí me parece o me cagaron?
(Arranca
un papel del almanaque)23 de Diciembre de 2017 ¡Qué lo parió! Cómo pasa el
tiempo. Diez años, un tiempo más y voy a tener pelos . (Se mira dentro del pañal.)
Por ahí estoy confundido… pero yo me
acuerdo. Por acá tiene que estar… a ver… yo tengo todo perfectamente
registrado. (Busca papeles dentro de una
de las cajas.) A mí no van a garcar,
no no .(Saca un papel.) No,
este fue el día que llegamos acá con mi hermana X, después me enteré que le
pusieron Flor. Flor hija de puta era esa, qué manera de romperme las pelotas… Al principio nadie se daba cuenta
pero esa pendeja era un demonio.
Empezaba a llorar como una desaforada
y gritaba (Con la voz en falsete) “Y
me está peleando, Y me pega, muy
fuerte me pega, ni una menos, auxiliooooo” y yo como un pelotudo tratando de
calmarla, para cuando el del delantal
blanco y anteojos venía me encontraba tapándole la boca y zas (aplaude con las palmas) en penitencia “al
rincón” un boludo el anteojudo
ese. Ese debe haber nacido con doble vuelta
de cordón, quedó medio pelotudo,
porque acá es todo redondo.
(Sigue
buscando en otra caja.) No acá
tampoco está… ahhh este es del día que vino mamá y papá a firmar los papeles.
Me acuerdo. Ese día nos quisieron conocer, nos pusieron
debajo de un tubo enorme con una luz
insoportable. Mamá lloraba y papá le acariciaba la panza “acá, muy pronto estará acá”. Fue ahí que
me percate que hablaban de uno, uno solo. La hincha huevos estaba durmiendo
porque se había pasado toda la puta
noche chismoseando con la X del frasco de al lado. Son todas iguales.Criticaron toda la madrugada a las
trillizas del frasco de atrás porque tienen los
ojos achinados. No sé cómo estará ahora la estúpida pero si se se hubiese visto
en un espejo… me imagino que esa nariz ahora es pico… en fin…
El tema es que ese día supe que era
ella o yo. No logré entender por qué esto
venía así como en tandas, algo dijeron del espacio, del útero … Juntos a la
panza de mamá no íbamos, eso me
quedó claro . El médico dijo que tenía que elegir entre X o Y. Mamá siguió llorando pero se ahogaba, decía que no iba a poder. Y el puto del médico le dijo(con voz
gruesa) “Va a poder, primero uno, después el otro, va a poder, todos pueden”
(Saca
otro papel dentro de otra caja.)Acá,
acá estas día de mierda. Acá esta la prueba
de que yo no estoy loco. Porque después de aquel día yo evalué alternativas: primero
pensé en matarla, pero hubiese sido al pedo, porque sin siquiera acercarme la muy yegua gritaba y me mandaban al
“rincón” por el solo hecho de ser Y. Parece que tener pito es como portar un
arma… una injusticia. Después a raíz de la conversación que oí de los papas de los
XY de enfrente, llegué a la conclusión de que lo mas estratégico era promover
la elección de mi hermana. Parece ser , que los primeros hijos pasan por un
calvario, producto de ansiedades y la
inexperiencia de padres primerizos.
Al parecer quieren que ese hijo cumpla con todas las expectativas, que sepa
todo, que sea educado, que se destaque
en todo lo que emprenda, escuela doble escolaridad, dos idiomas y que después encima sepa compartir todo ese universo único con un hermano.
Jajaja… ni en pedo que vaya primero la
pendeja y se pele el orto. Supuestamente para cuando yo llegara mis padres
tendrían que bajar sus expectativas y con poco que hiciera sería querido.
Ese día, que acá está documentado,
vinieron mis padres y se habían decidido por mí. Mi hermana empezó con el ritual de sus llantos histéricos y no me
dejaba oír bien lo que decían. El médico les decía que no, que lo más conveniente era que primero se implantara
a X , porque habían hecho unas mediciones de no sé qué mierda y ella no iba a tolerar en buen estado de conservación
todas las facultades si pasaba más tiempo. Yo me acuerdo que me reí a
escondidas porque la pendeja ya estaba totalmente alterada desde el mismo
momento que el espermatozoide de mi padre salió de de sus bolas.
Fue ahí que mi madre le dijo “Pero cómo…ya pintamos la habitación de celeste” y mi papá dijo “ ya le compré
la camiseta de Racing”.
¿Racing?
Nos llevaron de nuevo al tubo ese de la
luz y la sacaron a la insoportable.
Al fin solo…
Mi mamá seguía llorando y fue justo ahí
que juró y perjuró que en dos años volvería
por mí. Acá lo dice. (Señala.)
Eso dijo.
A veces pienso que la insoportable fue
según lo previsto: infumable y entonces, seguramente estén agobiados y necesiten un tiempo más para reponerse.
Otros días pienso que por ahí se
separaron y entonces sería algo complicado: mi mamá
sola con una panza o mi papá alquilando un vientre y después ¿quién me da la teta?¡O piensan que me van a
arreglar con una mamadera! Yo estoy a favor del tetazo.
Puede ser acaso se hayan quedado sin
trabajo y alimentar dos bocas no esté dentro del
presupuesto, total… para ellos la mía no siente…está congelada.
Yo guardo todas estas cosas que fueron
pasando porque algún día alguien va a venir si
no son ellos, pienso que al menos alguien que quiera tenerme ¿podrían donarme y
dejarse de joder no? Pero me enteré que eso no se puede…
Que venga alguien la puta madre, aunque
sea para tirarme a la esquina, o por la rejilla
de la pileta, a ese lugar donde van las cosas que no sirven…pero tampoco se
puede.
Acá hay una historia que fui escribiendo de las cosas que fui
sintiendo en estos años: una
prueba de que estuve vivo, que estoy vivo.
Pero hoy… hoy pienso diferente, que
estos papeles no son nada… solo papeles en el suelo. (Vacía todas las cajas sobre el piso)
Telón.
CorinaVanda Materazzi
viernes, 10 de febrero de 2017
Pequeña música nocturna
Autora: LILIANA DÍAZ MINDURRY
Premio Planeta 1998 (Argentina). Pequeña música nocturna cuenta la inquietante relación de dos niñas adolescentes unidas por el amor a un hombre prohibido. Cargada de sensualidad, con escenas eróticas de gran audacia y magnífico vuelo poético, y un clima perturbador que recorre toda la novela, la historia adquiere una intensidad y un riesgo que crece hasta el sorpresivo final. Esta novela se ha inspirado en en la obra homónima de la pintora norteamericana Dorothea Tanning, y en la Pequeña Música Nocturna de Mozart, siendo esta influencia musical lo que la convierte en una novela polifónica. Se perciben varias melodías que se entrecruzan, sus motivos aparecen apoyados en notas equivalentes a las de un bajo.
El otro elemento que se une para conformar la trama, es el Canto V de la Divina Comedia. Se trata de una suerte de trampa envuelta en cajas sucesivas, donde la tensión, la violencia, la ambigüedad, la maldad y el cinismo conviven con el arte sin poder deslindar la ficción de la realidad y sin dar respiro.
Pequeña música nocturna mereció el Premio Planeta de Novela 1998 (Argentina), cuyo jurado integraron María Estherde Miguel, Manuel Vázquez Montalbán y Marcos Aguinis.
jueves, 9 de febrero de 2017
La carta
Camino entre
las letras
me asfixio en
la hoja.
Hay una
pregunta que golpea,
de mi boca,
un silencio que
se cae.
Reproches en la
tinta,
escupen olvidos
destierran perdones.
Del sobre
rencores masticados
escapan como avispas.
Me tropiezo
con un verbo que estrangula;
callejón nublado
agua espesa
peste sin
antídoto.
El punto,
un cuchillo en
la garganta.
Después,
un espacio sin
borde
un mar que se traga
el horizonte.
Ahora
la carta rota
es anzuelo en mis labios,
bajo la lengua
cardumen de besos
muere lentamente.
Corina Vanda Materazzi
miércoles, 8 de febrero de 2017
Primer grado
En el espejo,
una figura remendada,
peleo mi libertad
contra el delantal ajustado,
en el pelo una tormenta,
un miedo sube por la garganta.
Cepillo mis uñas
como un caballero
que lustra sus armas,
sueños de chica pobre
se me pegan en todas partes.
En el patio, filas de hormigas
demonios con guardapolvos blancos.
Esta mañana entro a la clase:
la última hilera, una ratonera
la primera,un anzuelo
el rincón, un impermeable.
Niñas repetidas
con virtudes al cuadrado
meten sus pupilas afiladas
en mi herida sangrante.
Olor a estreno
se hamaca
en la cartuchera
de la sabionda del al lado.
En mi mesa ,vaho a rancio
hasta el apellido,
todo, prestado.
Corina Vanda Materazzi
martes, 7 de febrero de 2017
Video presentación HUELLAS
9 huellas contiene este libro y cada una de ellas refieren al paso dado y a la marca del camino por transitar.Cada capítulo de Huellas está antecedido por una imagen que de alguna manera nos pone en clima de lectura.
El trabajo de composición fotográfico fue dirigido y guinonado con la colaboración de Pablo Vázquez y otros amigos .
Con algunas de las 500 fotografías que componen el trabajo se realizó una selección para armar este video.
Esperamos lo disfruten.
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