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lunes, 14 de agosto de 2017

El Jagüel


Les acerco un nuevo relato EL JAGÜEL que se posicionó en el 1° Concurso Miguel Briante, organizado por la Facultad de Peridismo y Comunicación de la Universidad de La Plata.
Hoy salió publicado en España gracias a Periódico Irreverentes




jueves, 22 de junio de 2017

Publicación ALTER EGO - MÉXICO

En un Diario digital de México ALTER EGO  (que sale en papel también ) le hicieron un espacio  a uno de los cuentos de #VOZENOFF.
Te invito a que lo leas.http://revistaalterego.com/rehen-cuento/



AQUÏ

sábado, 10 de junio de 2017

Publicación Revista MÉGARA

“Creamos fuego, forjamos magia y son posibles unas tostada, un regio asado, hacer señales en busca de auxilio, reunir a los amigos, nutrir a la familia, criar hijos, construir ladrillos, iluminar los senderos, defendernos de los peligros.
El fuego vive para algo o para alguien que le dé sentido aunque no seamos conscientes siempre de su inicio. [...]” (pág. 33 de Voz en off, de Corina Vanda Materazzi, Editorial Peces de Ciudad).
El fuego es el que consigue mantener encendida la llama del piloto, y no solo la del calefón. 
Pienso en los libros que llegan a la casa de nuestros corresponsales ad honorem, en Barcelona; Incómodos, una antología que se las trae y El alfabeto de los pájaros. A veces los libros llegan a una ciudad, y de allí, se embarcan para cruzar el océano. Tratamos de que nada nos detenga, a veces solo es cuestión de esperar.
Pienso también en otros libros, los que asaltan la biblioteca acá, porque siempre hay alguien con la misma pasión, que nos invita a ver y escuchar otras voces. Las voces en off que a veces suenan tan bien.
Entonces me detengo un momento, en el ejemplar de una editorial con nombre de canción, que yo pongo a sonar en la voz de Ana Belén y después en la más cascada de Joaquín Sabina.
“Y cómo huir 
cuando no quedan 
islas para naufragar 
al país 
donde los sabios se retiran 
del agravio de buscar 
labios que sacan de quicio, 
mentiras que ganan juicios 
tan sumarios que envilecen 
el cristal de los acuarios 
de los peces de ciudad 
Que mordieron el anzuelo, 
que bucean a ras del suelo, 
que no merecen nadar.”
Una edición cuidada, con un diseño precioso, tarjeta postal incluída, y pienso. Quizás se trate de no huir más, de rendirse a la pasión, a las ganas, de dejarse contagiar por la confianza de los que construyen, ladrillo sobre ladrillo, puentes.
Y hacer lo que una hace, escribir sobre lo que inspira, sobre lo que nace. Se viene reseña.
"Voz en off", de Corina Vanda Materazzi, de una editorial con nombre poético, Peces de Ciudad.
Próximamente...
No se olviden de pasar por Mégara.
Ya saben, este es el facebook de la ciudad, pero Mégara está, dice, habla, canta, pinta, nos lleva y nos trae, en su sitio, donde tiene que estar.
www.megara.com.ar


martes, 6 de junio de 2017

domingo, 21 de mayo de 2017

Contrafrente


“Me fui de casa porque Marta es una conchuda”. Eso le dije al Gerente del Banco donde trabajo. “Sí, conchuda”, le reiteré a Pancho, que insistió con ayudarme en la mudanza en el departamento de dos ambientes a contra frente que alquilé el mes pasado. Es controladora le confesé, de mis horarios, de mi celular, del homebanking, de mis ruidos cuando mastico, cuando trago, cuando voy al baño, de la cantidad de sal que le agrego a la comida, del tiempo que demoro entre el laburo y la casa.  En síntesis Marta me rompió las pelotas toda la vida, pero antes me las arrastró, me las apretó y las infló hasta que me explotaron.
            Antes de esa tarde en que me fui, el rompedero de bolas parece ser que no traspasó esa línea que divide lo tolerable de lo intolerable. Ahora que lo pienso debo haber tenido un umbral de paciencia bastante amplio. Ahora no.
            Esa tarde llegué del trabajo totalmente empapado, había piquetes en la cuidad muchos más de los habituales y mientras decidí bajarme del bondi y empezar a trotar para llegar a casa lo antes posible porque era martes y los martes Marta va al gimnasio, ese de mierda lleno de otras conchudas tan o más conchudas que ella. A veces pienso que se contagian, se retroalimentan como un especie de círculo vicioso o gueto, parece que se  coagulan y se hacen más fuertes, más indomables.
            Yo trotaba casi que corría ese martes, porque ese martes llovía y cuando eso pasaba yo llegaba del trabajo y tenía que llevarla a Marta, porque Marta no maneja, pero  maneja todo, menos el auto, pero no hacía falta que lo hiciera porque yo tenía que manejar por ella, como tantas otras cosas que no viene al caso que ahora las enumere. Decía que venía a los trotes con el traje, la camisa y los zapatos y me martillaba en la cabeza los gestos que imaginaba tendría Marta por mi retraso. La suponía ya con las calzas puestas, esas ridículamente violetas y la musculosa insolentemente blanca con las tetas tan arriba que casi le llegan al cuello, como una deformidad, como una especie raro de camello invertido del subdesarrollo. Estaba seguro que estaba, con eso y con esa cara de ojete tan parecida a la que  la tenía su madre. Mi suegra es un capítulo aparte, debí años atrás darme cuenta, porque nadie escapa a los genes, a la herencia del carácter, a ese legado que recorre las venas y se instala en los modos, sobre todo en los de mirar despectivamente, como si el otro al que miran (yo en este caso) tuviera bosta en las suelas de los zapatos o una insignia en la frente que denunciara que es una inmundicia. Con el diario del lunes todos somos sabios y uno llega a ese linaje cuando todo está perdido y esa sabiduría ya no le sirve para nada.  En definitiva yo fui tan pelotudo como lo fue mi  viejo: un cero a la izquierda.
            Al principio cuando nos fuimos a vivir juntos, no sé no era así, o al menos no tan así, después un día, no recuerdo cual, fue como despertar de un coma y encontrarme en un laberinto con un monstruo que venía a ser Marta. El primer tiempo, cuando tenía esos arranques conchudos, pensaba que le estaba por venir, había escuchado ciertos comentarios de que las mujeres en ciertos días, los premenstruales, se ponen “especialmente rompe huevos”. Marta para esa época llevaba unos cuantos días de abusivo rompedero de pelotas y empecé a sospechar. Anotaba al llegar a la oficina, en el  almanaque triangular que me había regalado un cliente para fin de año, con un círculo rojo los días que indicaban el ciclo. Para cuando llegué a los veinte días consecutivos entendí que ese síntoma persistente no sólo era crónico y perpetuo, sino que Marta era así. Con los años dicen que nos vamos pareciendo más a nosotros mismos, con lo cual es evidente, que en su caso, la mejoría no era una posibilidad factible. Lo peor de todo es que la conchudez no es una enfermedad como otras, que dada la gravedad, hace que, tiempo más, tiempo menos, esa dolencia acabe por llevarse a quien la transporta, o a quien la padece, en este caso: yo.
            Desde la mañana comienza la pesadilla, cuidar todos los detalles para no provocar a Marta. El tema del baño es el más complejo: no dejar pelos en ningún lugar, algo difícil desde que a Marta se lo ocurrió en remodelar el baño: piso, azulejos, techo, inodoro bidet y vanitory todo blanco, blanco nieve (ni siquiera un blanco tiza o un blanco sucio) porque Marta adora la limpieza.
            Con los años fui reduciendo las zonas de conflicto, dejé de desayunar en casa, un lugar menos en donde puedo dejar algo fuera de lugar .Un grano del café soluble que caiga sobre el piso de la cocina (que también es blanco) puede  aumentar y alimentar esa voracidad irrefrenable de puteadas e insultos que van creciendo en escalada y su voz se transforma discordante, áspera ,temible. Los repasadores son todos blancos de manera que una gota de saliva puede ser un atentado terrorista imposible de ocultar. Marta tiene un zoom en el orden de la casa. Los libros de la biblioteca, por ejemplo, tienen una disposición de acuerdo al tamaño y el color. Incluso las cosas que están a resguardo de cualquier mirada, en cajones o cajas, guardan  un estricto orden que bajo algún criterio Marta dispuso y que yo nunca entendí pero que tampoco  nunca discutí. Mis medias y calzoncillos son todos iguales. La misma marca, el mismo talle, el mismo color.
            Alquilar una casa para irnos de vacaciones es una tortura china: la variedad, las formas disímiles de los objetos, adornos, azulejos, toallas sábanas y veladores que contienen las casas de gente normal la desquicia. La primera mitad de las vacaciones consisten en alinear, equilibrar y regularizar (según sus palabras) el contexto. Para cuando todo está listo yo me quiero pegar literalmente un tiro en las bolas. Intenté llevarla al Caribe a una de esas playas exóticas de agua templada, no por la serenidad que propician esas imágenes de arenas blancas y desiertas ,sino por la posible existencia de tiburones. Incluso algún verano pretendí seducirla con turismo aventura. Adentrarnos en un riesgo en donde la muerte segura cobrara su vida o la mía era una fantasía reiterada y potente. Cualquiera de estas posibilidades hubiese dado por terminado el calvario.
            Cualquiera a esta  altura se preguntará por qué siempre imagino un tiro en mis pelotas en cambio de dárselo a ella. La respuesta es simple: porque todos los boludos somos cobardes, sino, no seríamos boludos y además…por Lucho, nuestro hijo.
            Parece increíble pero Marta y yo tenemos un hijo. No es adoptado y tampoco fue por inseminación artificial. Alguna de las dos opciones me hubiese aportado cierto grado de dignidad. Alguna vez tuvimos sexo, a veces también lo tenemos ahora. No es algo de lo que obviamente después de quince años con una misma mujer me enorgullezca, más bien me avergüenza. A cualquier conocido que nos frecuente le dejo entrever que hace años que no pasa nada. En general por lo que otros cuentan las mujeres con el tiempo les empieza a doler la cabeza o los cambios hormonales hacen que la libido se filtre por otros  lados. No es el caso de Marta. No es que Marta sea fea, todo lo contrario, pero cinco minutos de convivencia con ella hace que sea imposible que se te pare la pija aún con diez miligramos de Viagra encima. Yo me doy cuenta cuando Marta entra en calor. Para empezar no me rompe tanto las pelotas (porque nunca deja de romperlas en su totalidad) incluso hasta puede ser amable. Se hiperperfuma desde la mañana y yo sé que a la noche la estampida es ineludible. Intento entonces, a escondidas, ver algunas páginas por internet, en el trabajo, imagines que luego intento retener y que servirán para hacer lo que debo hacer.
            Nunca la engañe a Marta porque en cada mujer puedo percibir un rasgo de ella y entonces se  me vuelven como una especie de muerte anunciada. Estoy condenado.
            Pienso en Lucho y pienso en la secuencia: mi padre-yo-Lucho. Junto con el apellido silenciosamente  le trasmitiré la carga, ese peso absoluto que nos hace a todos los Salvatierra  unos pelotudos. Quizás si  Lucho fuese homosexual podría torcer el destino y tener una mínima chance pero antes Marta le torcería el miembro con lo primero que encuentre.
            Esa tarde que llegue del laburo todo empapado. Más que  por la lluvia era por el sudor frío que me recorría todo el cuerpo, como los animales que saben que están en una emboscada en inferioridad de condiciones. Marta no estaba como me imaginaba, porque sencillamente: no estaba.
            La busqué por toda la casa pensando que estaba agazapada y que quizás desde algún rincón esperaba el momento oportuno en que yo me relajara para salir como una bestia a las puteadas. Cuando agoté los lugares más obvios y previsibles y Marta no aparecía la búsqueda se tornó desquiciada. Busque en el horno, en la heladera, la alacena incluso dentro del lavarropas. Cuando ya no quedaba lugar y espacio mínimo posible, (y por demás insólito e improbable) abrí su placard y allí me di cuenta.
            En su orden obsesivo era fácil e indudable advertir lo que faltaba y por tan mínima que resultara esa ausencia era por demás determinante. Lo más notable no es saber qué era lo que faltaba y por qué  su falta era tan relevante. En definitiva no es más que un detalle, parte de una intimidad que prefiero dejar a resguardo. Lo más importante es que   la muy  conchuda no sólo no estaba, sino que me además me había dejado.




 Corina Vanda Materazzi

domingo, 14 de mayo de 2017

RESEÑA EDITORIAL

 Si queres un ejemplar podés adquirirlo picando en este Link y te lo llevan hasta la puerta de tu casa aunque vivas en Estambul.
http://www.pecesdeciudad.com.ar/islas-para-naufragar-narrativa/voz-en-off-corina-vanda-materazzi/

lunes, 8 de mayo de 2017

Podría

Podría oír el golpe de la muerte,
ver gotas de sangre cayéndose del mundo.
Podría decir llueve
sobre un recuerdo áspero,
podría decir: hunden
como quien dice: resiste.
Podría escribir
            Golpe
                        Muerte
                                   Llueve
                                               Hunden
                                                           Resiste
Sin embargo…

Solo puedo escuchar el golpe y la sangre…

Corina Vanda Materazzi

martes, 25 de abril de 2017

VOZ EN OFF


Me gustaría me acompañen el sábado 13 de mayo super puntual 18 hs. en Bar Espiche Humberto I 471 San Telmo.

La entrada es libre y gratuita.

jueves, 23 de marzo de 2017

Olvido

El recuerdo no duerme
es pupila que ronda
una luz que castiga
precipicio que cede
espinas de fotos
suspiro de ortigas.
Adentro
dragones que escupen memoria,
afuera
que una mano me lleve
al lugar del olvido.

CorinaVanda Materazzi

Estadía anciana

            De espalda al futuro
            el pasado es ceniza,
            el almanaque me acecha
            me tragan los días.
            No estoy en el espejo,
            resisto en este vestido.
            Existo
            a kilómetros de distancia
            en alguna sonrisa.


Corina Vanda Materazzi
           



lunes, 20 de febrero de 2017

Cuando temblamos

Publicado por Planeta, el libro es un viaje al corazón de temor, una inmersión a la oscuridad de la naturaleza humana, una exploración, escrita con maestría, de lo que pueden llegar a hacer una serie de personajes al límite, lanzados a un viaje sin dirección, sin tiempo, sin salida.

lunes, 13 de febrero de 2017

La noche en una esquina

Apilar
pedazos de esa noche,
bordes que se clavan
aristas con raíces.
Volver
a la luz descascarada,
al silencio como un chicle,
a la sospecha en cuatro patas.
Abrir
la puerta a empujones.
Sentir
un vacío dentado
que se come las entrañas,
una grieta
que se forma en la lengua,
gusto a muerte
que entra por la boca.
Ver
la ternura de las flores
en el pelo,
la aspereza que se pega
en la soga contra el cuello.
Ganas
de huecos en los ojos,
de charco que se seca
de espuma contra el viento.
Tirar
esa noche en una esquina
a ese espacio donde van
las cosas que no sirven.
Ser
mariposa de madera,
oso de peluche
tren de plastilina,
agua en la heladera.

Corina Vanda Materazzi

Papeles en el suelo


Monólogo de un solo acto


La historia transcurre en un banco de embriones crio- conservados, que serán inseminados artificialmente en un futuro.
“Y “se encuentra dentro de un frasco, con pañales, bufanda, polainas, gorro y guantes de lana.
A su lado hay cajas  rotuladas por años con papeles dentro. En una pared un almanaque.

Y
Uhh ¡ la puta madre que la parió a mi hermana! Hace un frío de cagarse acá ¿Esta |gente no se enteró que la luz va a aumentar un 150%? Digo yo, con tantos avances tecnológicos, no se les ocurre otra posibilidad de conservar a un embrión? ¿A mí me  parece o me cagaron?
(Arranca un papel del almanaque)23 de Diciembre de 2017 ¡Qué lo parió! Cómo pasa el tiempo. Diez años, un tiempo más y voy a tener pelos . (Se mira dentro del pañal.)
Por ahí estoy confundido… pero yo me acuerdo. Por acá tiene que estar… a ver… yo tengo todo perfectamente registrado. (Busca papeles dentro de una de las cajas.) A mí no van a garcar,  no no .(Saca un papel.) No, este fue el día que llegamos acá con mi hermana X, después me enteré que le pusieron Flor. Flor hija de puta era esa, qué manera de romperme las pelotas… Al principio nadie se daba cuenta pero esa pendeja era un  demonio. Empezaba a llorar como una desaforada y gritaba (Con la voz en falsete) “Y me está peleando, Y me pega, muy fuerte me pega, ni una menos, auxiliooooo” y yo como un pelotudo tratando de calmarla, para   cuando el del delantal blanco y anteojos venía me encontraba tapándole la boca y zas (aplaude con las palmas) en penitencia “al rincón” un boludo el anteojudo ese. Ese debe haber nacido con doble  vuelta de  cordón, quedó medio pelotudo, porque acá es todo redondo.
(Sigue buscando en otra caja.) No acá tampoco está… ahhh este es del día que vino mamá y papá a firmar los papeles. Me acuerdo. Ese día nos quisieron conocer, nos       pusieron debajo de un tubo       enorme con una luz insoportable. Mamá lloraba y papá le acariciaba la panza “acá,             muy pronto estará acá”. Fue ahí que me percate que hablaban de uno, uno solo. La hincha huevos estaba durmiendo porque se había      pasado toda la puta noche chismoseando con la X del frasco de al lado. Son todas     iguales.Criticaron toda la madrugada a las trillizas del frasco de atrás porque tienen   los ojos achinados. No sé cómo estará ahora la estúpida pero si se se hubiese visto   en un espejo… me imagino   que esa nariz ahora es pico… en fin…
El tema es que ese día supe que era ella o yo. No logré entender por qué esto venía así como en tandas, algo dijeron del espacio, del útero … Juntos a la panza de  mamá no íbamos, eso me quedó claro . El médico dijo que tenía que elegir entre X o Y. Mamá siguió llorando pero se  ahogaba, decía  que no iba a poder. Y el puto del  médico le dijo(con voz gruesa) “Va a poder, primero uno, después el otro, va a  poder, todos pueden”
(Saca otro papel dentro de otra caja.)Acá, acá estas día de mierda. Acá esta la prueba de que yo no estoy loco. Porque después de aquel día yo evalué alternativas: primero pensé en matarla, pero hubiese sido al pedo, porque sin siquiera acercarme  la muy yegua gritaba y me mandaban al “rincón” por el solo hecho de ser Y. Parece que tener pito es como portar un arma… una injusticia. Después a raíz de la conversación que oí de los papas de los XY de enfrente, llegué a la conclusión de que lo mas estratégico era promover la elección de mi hermana. Parece ser , que los primeros hijos pasan por un calvario, producto de ansiedades  y la inexperiencia de  padres primerizos. Al parecer quieren que ese hijo cumpla con todas las expectativas, que sepa todo, que sea     educado, que se destaque en todo lo que emprenda, escuela doble escolaridad, dos idiomas y que después encima sepa    compartir todo ese universo único con un hermano. Jajaja… ni en pedo que vaya    primero la pendeja y se pele el orto. Supuestamente para cuando yo llegara mis padres tendrían que bajar sus expectativas y con poco que hiciera sería querido.
Ese día, que acá está documentado, vinieron mis padres y se habían decidido por mí.    Mi hermana empezó con el ritual de sus llantos histéricos y no me dejaba oír bien lo que decían. El médico les decía que no, que lo más conveniente era que primero se implantara a X , porque habían hecho unas mediciones de no sé qué mierda y ella no iba a tolerar en buen estado de conservación todas las facultades si pasaba más tiempo. Yo me acuerdo que me reí a escondidas porque la pendeja ya estaba totalmente alterada desde el mismo momento que el espermatozoide de mi padre salió de de sus  bolas.
Fue ahí que mi madre le dijo “Pero  cómo…ya pintamos la habitación de celeste” y mi papá dijo “ ya le compré la camiseta de Racing”.
¿Racing?        
Nos llevaron de nuevo al tubo ese de la luz y la sacaron a la insoportable.
Al fin solo…
Mi mamá seguía llorando y fue justo ahí que juró y perjuró que en dos años volvería  por mí. Acá lo dice. (Señala.)
Eso dijo.
A veces pienso que la insoportable fue según lo previsto: infumable y entonces, seguramente estén agobiados  y necesiten un tiempo más para reponerse.
Otros días pienso que por ahí se separaron y entonces sería algo complicado: mi  mamá sola con una panza o mi papá alquilando un vientre y después ¿quién me da la teta?¡O piensan que me van a arreglar con una mamadera! Yo estoy a favor del tetazo.
Puede ser acaso se hayan quedado sin trabajo y alimentar dos bocas no esté dentro del presupuesto, total… para ellos la mía no siente…está congelada.
Yo guardo todas estas cosas que fueron pasando porque algún día alguien va a venir     si no son ellos, pienso que al menos alguien que quiera tenerme ¿podrían donarme y dejarse de joder no? Pero me enteré que eso no se puede…
Que venga alguien la puta madre, aunque sea para tirarme a la esquina, o por la rejilla de la pileta, a ese lugar donde van las cosas que no sirven…pero tampoco se puede.
Acá hay una historia  que fui escribiendo de las cosas que fui sintiendo en estos  años: una prueba de que estuve vivo, que estoy vivo.
Pero hoy… hoy pienso diferente, que estos papeles no son nada… solo papeles en el suelo. (Vacía todas las cajas sobre el piso)

Telón.
           
CorinaVanda Materazzi


viernes, 10 de febrero de 2017

Pequeña música nocturna

Autora: LILIANA DÍAZ MINDURRY

Premio Planeta 1998 (Argentina). Pequeña música nocturna cuenta la inquietante relación de dos niñas adolescentes unidas por el amor a un hombre prohibido. Cargada de sensualidad, con escenas eróticas de gran audacia y magnífico vuelo poético, y un clima perturbador que recorre toda la novela, la historia adquiere una intensidad y un riesgo que crece hasta el sorpresivo final. Esta novela se ha inspirado en en la obra homónima de la pintora norteamericana Dorothea Tanning, y en la Pequeña Música Nocturna de Mozart, siendo esta influencia musical lo que la convierte en una novela polifónica. Se perciben varias melodías que se entrecruzan, sus motivos aparecen apoyados en notas equivalentes a las de un bajo.
El otro elemento que se une para conformar la trama, es el Canto V de la Divina Comedia. Se trata de una suerte de trampa envuelta en cajas sucesivas, donde la tensión, la violencia, la ambigüedad, la maldad y el cinismo conviven con el arte sin poder deslindar la ficción de la realidad y sin dar respiro.
Pequeña música nocturna mereció el Premio Planeta de Novela 1998 (Argentina), cuyo jurado integraron María Estherde Miguel, Manuel Vázquez Montalbán y Marcos Aguinis.

jueves, 9 de febrero de 2017

La carta

Camino entre las letras
me asfixio en la hoja.
Hay una pregunta que golpea,
de mi boca,
un silencio que se cae.
Reproches en la tinta,
escupen  olvidos
destierran perdones.
Del sobre
rencores masticados
escapan como avispas.
Me tropiezo
con  un verbo que estrangula;
callejón nublado
agua espesa
peste sin antídoto.
El punto,
un cuchillo en la garganta.
Después,
un espacio sin borde
un mar que se traga el horizonte.
Ahora
la carta rota
es anzuelo en  mis labios,
bajo la lengua
cardumen de besos

muere lentamente.

Corina Vanda Materazzi

miércoles, 8 de febrero de 2017

Primer grado



En el espejo,
una figura remendada,
peleo mi libertad
contra el delantal ajustado,
en el pelo una tormenta,
un miedo sube por la garganta.
Cepillo mis uñas
como un caballero
que lustra sus armas,
sueños de chica pobre
se me pegan en todas partes.
En el patio, filas de hormigas
demonios con guardapolvos blancos.
Esta mañana entro a la clase:
la última hilera, una ratonera
la primera,un anzuelo
el rincón, un impermeable.
Niñas repetidas
con virtudes al cuadrado
meten  sus pupilas afiladas
en mi herida sangrante.
Olor a estreno
se hamaca
en la cartuchera
de la sabionda del al lado.
En mi mesa ,vaho a rancio
hasta el apellido,
todo, prestado.

Corina Vanda Materazzi




martes, 7 de febrero de 2017

Video presentación HUELLAS

Huellas no es solo un libro de texto, es también imágen: imagen en palabras y palabras en imágenes.
9 huellas contiene este libro y cada una de ellas refieren al paso dado y a la marca del camino por transitar.Cada capítulo de Huellas está antecedido por una imagen que de alguna manera nos pone en clima de lectura.
El trabajo de composición fotográfico fue dirigido y guinonado con la colaboración de Pablo Vázquez y otros amigos .
Con algunas de las 500  fotografías que componen el trabajo se realizó una selección para armar este video.
Esperamos lo disfruten.

Poesías ilustradas