Miro
la lista, una pasada por la góndola de los lácteos y termino la compra de la
semana.
Abro
la agenda del Ipad. Repaso los pendientes:
·
Pago fácil.
Recuerdo que me olvidé la boleta del gas. La puta madre. Debería pasar por
casa.
·
Comprar los
materiales de arte de Flor.
·
Retirar el
traje de la tirorería de Francisco
·
Cambiar los
botines de Juanjo( un número menos)
·
Buscar otro
presupuesto del arreglo del lavarropas.
·
Comprar las
entradas para el cine de las amigas de Flor. ¿Cuántas eran?
·
Buscar el certificado
buco dental de Juanjo.
·
Sacar turno
para el cardiólogo de Francisco.
·
Renovar el
plazo fijo.
Miro
el reloj y pienso que falta una hora para llevar las viandas al colegio de los chicos.
Si no paso antes por casa con este calor se me corta la cadena de frío de los
lácteos.
Pienso
si haré tiempo a pasar por la depiladora. Bueno… podría postergarlo Fernando se
va de viaje unos días…
Me
llega un wap de Flor:
“-Ma,
no t olvides que hoy a la sda del cole
me tenés que llevar a ver los zapatos para el cumple de 15 de Naty…
ehhhh!”
Le
mando un emoticón manito con pulgar para arriba.
Lo
había olvidado.
Le
mando una nota de audio a María:
-Hola,
no te olvides de planchar las camisas que Francisco se va de viaje.
Viaje,
aeropuerto, me olvidé de anotar pasar a lavar el auto.
María
me responde con un emoticón manito pulgar para arriba.
Agrega:
-“Señora
le aviso que al gato le están sangrando las patitas, se cortó feo”
La
puta madre. La veterinaria no hace domicilio tengo que llevarlo antes de lavar
el auto.
Me
acuerdo de la noticia de hoy a la mañana, mientras busco la caja con menos
cola. Solo dos cajas habilitadas. La puta madre.
Vengo
siguiendo el caso hace unas semanas.
Siempre
sospeché de la madre. Los periodistas y la policía trenzaron todo tipo de hipótesis
ridículas. La mujer había declarado que esa noche cuando volvían de un
cumpleaños, le cerraron el camino con otro auto. Uno de los hombres obligó al
marido a pasar al asiento de atrás y el delincuente se puso al volante. Dijo
que los chicos lloraban. Ella les pidió que por favor no les hicieran nada y
entonces el hombre que manejaba le apuntó con un arma. El otro auto los seguía.
El
tipo les exigió que escondieran las cabezas entre las piernas y pusieran las
manos debajo de la cola. La mujer dijo que el hombre en realidad había dicho orto, tapándose la boca.
Se
trabo la cola , la reputísima madre, la boluda que está adelante no tiene
fondos suficientes en la cuenta y dice que ayer le depositaron el sueldo.
La
mujer dijo que después de unos quince minutos, la hicieron bajar solo a ella. Le
vendaron los ojos. La hicieron acostarse boca abajo y entre gritos la
amenazaron:
"Si
te levantas antes de 10 minutos no los volvés a ver nunca más".
Todos
habían desaparecido: los chicos y el marido.
Los
habían pasado a los tres al otro móvil y se llevaron las llaves de su auto y la
cartera de ella.
A
mí me gustaba esa mujer. Era rubia unos ojos enormes y una nariz menuda. Se
veía fuerte aunque fuese muy delgada. Había logrado durante semanas frente a
los flashes y las luces de la cámara ser el gesto de la angustia nacional. A la
gente le gustaba eso, la imagen del dolor de los fuertes y que ese dolor proviniera
de algo tan sagrado como el amor de madre.
La
boluda sigue trabando la cola. Hay gente de seguridad que se acercó a la caja. Me
pongo en puntas de píe para ver si el tema se resuelve y salgo una puta vez de
este supermercado de mierda
Se
pensó en un secuestro y la mujer se las ingenió para que sospecharan ya que
hacía poco habían vendido un campo de varias hectáreas por Luján. Era una
sospecha sólida , los secuestros hoy en día son moneda corriente.
Los
noticieros, subieron la apuesta y aportaron informes sobre robos de chicos, adopciones fraudulentas,
tráfico de órganos.
Al fin la boluda pagó en efectivo dijo el
jubilado que estaba delante de mí en la cola.
Esta
mañana prefectura encontró tres cuerpos por Ensenada.
Un
wap de María: “Señora se cortó la luz, me voy sin planchar las camisas del
Señor Fernando.” La reputa madre.
El
titular de esta mañana era: La madre confiesa.
La
mujer había matado sus dos hijos; un varón de tres y una nena de cinco y a
su marido de 45 años.
Los
cuerpos aparecieron hinchados y con los ojos todavía abiertos. El río se había
divertido con ellos antes de devolverlos.
Fernando
hoy a la mañana mientras desayunábamos y
escuchábamos la radio me dijo:
"Al
menos confesó el horror".
Yo
pensé que la mujer era una pelotuda, había perdido la oportunidad de construir
un nuevo orden donde antes había otro. Siempre pensé que cuando uno miente debe
morir muda.
La
gente llamaba a la emisora tratando de saciar
el morbo y especulando acerca de cómo los había matado.
Fernando
agregó entre sorbos del café:
"Alguien
le tiene que preguntar otra cosa: no cómo,
sino por qué mató a toda la familia. Aunque pensándolo mejor, no creo que haya
ningún otro motivo que una locura indomable"
Me
llega una notificación de Facebook: “Hace dos años: Ver tus recuerdos”. Pulso
sobre el link. Una foto de las vacaciones en Brasil. ¿Hace dos años? ¡Aun usaba
bikini!.Abro la agenda, anoto debajo de “depilarme”, “volver al gimnasio”.
Yo
siempre supe que era ella la autora de la desaparición de la familia. Siempre
lo vi en sus ojos y por haberla descubierto sentí que había un lazo extraño
entre esa mujer y yo.
Imaginé
que esa mujer y yo pudimos haber
compartido la misma fila del supermercado de mierda, antes que aparecieran los
cuerpos.
Pensé
en dejar a salvo su mentira, no querría detalles.
Solo
hubiese querido pedirle algo: su lista.
Corina Vanda Materazzi